martes, 8 de enero de 2008

Gracias


Te ví sola

caminando sin sentido,
te llamé pero no me escuchabas
parecias un ángel,
corrí y toqué tu hombro
ví tu cara y quedé perplejo,
tus lágrimas dibujaban en tu cara
todo el dolor que llevabas dentro...

Te abracé,
y mi corazón latió fuerte
quise besarte
pero un rio corría por tu cara,
mis manos como un paño
secaron tus lágrimas,
tus manos cándidas y tibias
acariciaron mi cara
me besaste
y tu rabia desapareció para siempre
pusiste tu boca en mi oído
y sólo me dijiste: Gracias.

(Santiago, Octubre 2007)

No hay comentarios: