
Hoy acabo de leer el libro "El Fantasista" (Hernán Rivera Letelier), hermoso testimonio de la vida deportiva de las Pampas.
Acá les dejo un extracto del relato del partido entre las oficinas salitreras de Coya Sur y Maria Elena, el relato es de Cachimoco Farfán.
¡Ahi está, señores y señoras, amables pacientes, ahi esta, parado frente a la pelota este joven baluarte del balompié coyino. Cuando ya se ha calmado los ánimos de los jugadores, cuando el Fantasista, nuestro héroe de la jornada, ha sido sacado fuera de la cancha para atenderlo de lo que seguramente es un ahorcamiento inguinal (yo sé lo que les digo, amables oyentes), cuando el hombre de negro se prepara a dar la orden de ejecución, el Tuny Robledo parado frente a la de cuero con todo el desparpajo del mundo, estudia el lado donde poner el cañonazo. Toda la cancha está pendiente de su pie derecho, todos los coyinos que corrieron a ponerse detrás del arco para ver mejor el gol y jorobar al arquero, están con los dedos cruzados; vamos, Tuny, le gritan, fusílalo, y el Tuny Robledo retrocede para tomar impulso, retrocede apenas tres pasos, amables oyentes, sólo tres pasos; ahora el árbitro mira al arquero, lo mira a él, levanta la mano y hace sonar su silbato; el Tuny Robledo camina hacia la pelota, el arquero se encoge como un batracio, en el aire no vuela una mosca, el universo entero se ha detenido, el Tony Robledo llega al balón, patea y... goool,goooooo, goool de Coya Surrrrr, gol del Tuny Robledo. Yo les voy a contar, señoras y señores, mientras la gente invade el terreno de juego y, completamente en delirio, levanta en andas al goleador, yo les voy a contar cómo esta cabrito caminó hasta la pelota con la misma pachorra con que camina por la calle Balmaceda y le dio con el borde interno de su pie derecho, le dio con tal efecto que mandó al Adivino a comprar Mentholato al palo derecho y la pelota se incrustó justo en el ángulo del vertical izquierdo, justo allí donde no hay teléfono, allí donde penan las ánimas, allí donde "hoy no se fia, mañana sí", por allí mismito entró, pasó, se encajó la pelota y se convirtió este gol maravilloso, este gol electroencefalogramático, este gol que quedará en lso anales de la historia del fútbol coyino, porque este gol es el gol del triunfo, señoras y señores, el gol del triunfo, amables pacientes, el gol con que por fin les ganamos a los Cometierra, por las trompas de Fallopio, dejénme gritarlo fuerte, que se escuche en todo el ámbito de la pampa, déjenme gritarlo con el alma, con el corazón, con los cojones, déjenme gritarlo hasta enronquecer, hasta orinarme, amables radioescuchas; si, hasta orinarme en los pantalones, hasta que la orina me salga con olor a jarabe de arce, orina con olor a jarabe de arce: la orina con olor a jarabe de arce es una enfermedad metabólica producida por un déficit en las enzinas que metabolizan los aminoácidos ramificados leucina, isoleucina y valina, y si la enfermedad no se trata adecuadamente, la acumulación de estos tres amonoácidos conduce a una encefalopatía y neurodegeneración progresivas que...!
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