
En un libro de sólo dos párrafos, donde no se extraña la ausencia de los punto aparte, Roberto Bolaño vuelve a sorprender con la historia del sacerdote chileno Sebastián Urrutia Lacroix, miembro del Opus Deis, crítico literario, quién en una noche de fiebre y convalesciencia siente que está al borde de la muerte y comienza a confesar los pasajes más importantes de su vida.
Es así como recuerda la amistad con Farewell, maestro de la crítica literaria chilena a quién conoció poco después de ordenarse. Fue en una de las tantas veladas organizadas por Farewell en su fundo de Lá-Bas, que el Padre Sebastián conoce a Pablo Neruda, quién en esos años se jactaba de ser ateo, y a quién escuchar recitar. Años después asistiría a su funeral.
También nos lleva a recordar sus primeras críticas literarias bajo del seudónimo de H. Ibacache. : Enrique Lihn el más brillante de su generación,Giacone, Uribe Arce, Jorge Teillier, Efraín Barquero, Delia Domínguez, Carlos de Rokha, la juventud dorada. Todos o casi todos bajo el influjo de Pablo Neruda salvo unos pocos que cayeron bajo el magisterio de Nicanor Parra. También recuerda a Rosamel del Valle, de Díaz Casanueva, de Braulio Arenas y de sus compañeros de la Mandrágora. De los narradores de los cincuenta, Donoso, Edwards, Lafourcade, Gonzalo Rojas, Anguita, Manuel Rojas, Juan Emar, María Luisa Bombal, Marta Brunet, Blest Gana, Augusto D'Halmar y Salvador Reyes.
Es de boca de Salvador Reyes como se entera del encuentro de este con el escritor alemán Ernest Jünger, a quién conoce en la buhardilla de un pintor guatemalteco que se deja morir de hambre en la ciudad Paris ocupada por los nazis en 1943. Ambos quedan atónitos al contemplar el cuadro surrealista Paisaje de la Ciudad de México una hora antes del amanecer.
La noche de insomnio lo lleva a recordar las propuestas misteriosas de dos oscuros personajes, los señores Oido y Odem, quienes le encomiendan hacer un informe sobre los métodos de conservación de iglesias en Europa. Es así como inicia, a bordo del Donizetti, su travesía por el Pacífico y Atlántico para llegar al viejo continente, a la ciudad de Génova. Un viaje lento y reparador, de amistades y misas. Su periplo lo lleva a varias ciudades y varias iglesias, donde conoce a muchos sacedortes, pero sin duda que su mejor recuerdo es la contemplación en el aire de los halcones que entrenaban los curas para combatir a las palomas. Es asi como recuerda a Turco de Pistoia, Otelo de Turín, Jenofonte de Estrasburgo, Ta gueule de Avignon, Rodrigo de Burgos, Ronnie de Namur, Fiebre de San Quintín.
Sin duda que unos de sus recuerdos mas inquietantes tuvo relacion con otro encargo hecho por los señores Oido y Odem. Estos le piden una misión secreta y de carácter patriotico, hacer clases de marxismo a la recién asumida Junta de Gobierno liderada por Pinochet. En las clases hablan de Marx, Engels, de la lucha de clases en Francia, El Capital, La guerra civil en Francia, de lo que lee Allende, Frei, Alessandri. Repasan libros tales como : El Manifiesto, Los conceptos elementales del materialismo histórico, El origen de la familia, la propiedad privada y el estado.
También recuerda sus veladas literarias, en plena dictadura, en casa de la escritora María Canales, casada con el americano Jimmy Thompson. Las veladas reunían escritores y artistas. Fue en una de estas que un invitado descubrirá deambulando por los sótanos de la casona un cuarto iluminado y en él a un hombre atado sobre una cama, que ha sufrido torturas. El hallazgo circula como rumor hasta que, finalizada la dictadura, se descubre que en aquel lugar, cenáculo de algunos intelectuales, fue uno de los centros de interrogatorio de la DINA y que Thompson era un especialista.
Asi es como el Padre Sebastián recorre el Nocturno de Chile, bajo la pluma genial de Roberto Bolaño.
Roberto Bolaño
Nocturno de Chile
1era Edición, Noviembre 2000
150 Hojas
Editorial Anagrama