domingo, 27 de septiembre de 2009

Patagonia Express

Luis Sepúlveda nos invita a acompañarle, codo con codo, en algunos de sus periplos por las solitarias tierras de Patagonia y Tierra del Fuego. Así, conocemos a Ladislao Eznaola, vagabundo del mar en busca de un nave fantasma, a su hermano Agustín, el bardo de Patagonia, a Jorge Díaz y La voz de Patagonia de Radio Ventisquero, la ternura de Panchito y su delfín, a aviadores enloquecidos que lo transportan todo, desde vino hasta muertos, por encima de la desolada inmensidad del paisaje... El libro se abre y se cierra con dos encuentros extraordinarios del autor con Bruce Chatwin y con Francisco Coloane, escritor chileno que alimentó la imaginación inquieta del niño Sepúlveda.

Apuntes de viajes, sí, pero también un aprendizaje de cómo viajar, de cómo conocer el mundo, de cómo mirarlo y quererlo. Luis Sepúlveda prolonga en cierto modo la tradición aprendida por él en los libros de su maestro Coloane y procura contagiarnos la inmensa felicidad de la verdera aventura. No en vano termina Patagonia Express con las siguientes palabras:

«Nunca más estaría solo. Coloane me había traspasado sus fantasmas, sus personajes, los indios y emigrantes de todas las latitudes que habitan La Patagonia y la Tierra del Fuego, sus marinos y sus vagabundos del mar. Todos ellos van conmigo y me permiten decir en voz alta que vivir es un magnífico ejercicio».

Patagonia Express
Luis Sepúlveda
Tusquets Editores
Noviembre 1995
178 páginas.

Un viejo que leía novelas de amor

Antonio José Bolívar Proaño vive en El Idilio, un pueblo remoto en la región amazónica de los indios shuar (mal llamados jíbaros), y con ellos aprendió a conocer la Selva y sus leyes, a respetar a los animales y los indígenas que la pueblan, pero también a cazar el temible tigrillo como ningún blanco jamás pudo hacerlo.

Un buen día decidió leer con pasión las novelas de amor -«del verdadero, del que hace sufrir»- que dos veces al año le lleva el dentista Rubicundo Loachamín para distraer las solitarias noches ecuatoriales de su incipiente vejez. En ellas intenta alejarse un poco de la fanfarrona estupidez de esos codiciosos forasteros que creen dominar la Selva porque van armados hasta los dientes pero que no saben cómo enfrentarse a una fiera enloquecida porque le han matado las crías. Descritas en un lenguaje cristalino, escueto y preciso, las aventuras y las emociones del viejo Bolívar Proaño difícilmente abandonarán nuestra memoria.

Un viejo que leía novelas de amor
Luis Sepúlveda
Tusquets Editores
Febrero 2003
137 páginas.

viernes, 25 de septiembre de 2009

El amante

"Muy pronto en mi vida fue demasiado
tarde. A los dieciocho años ya era demasia-
do tarde. Entre los dieciocho y los veinti-
cinco años mi rostro emprendió un cami-
no imprevisto. A los dieciocho años enve-
jecí..."

En una pálabra...Imperdible.

El amante
Marguerite Duras
146 páginas
Fabula Tusquets Editores
1era Edición, Diciembre 1984

La mujer del policía

¿Qué ocurrió realmente la noche del 3 de marzo de 1991? ¿Quién es el verdadero asesino de Silvia Chibuis? La protagonista de esta historia permanece siempre ausente. Ella está muerta y enterrada hace más de cinco años, pero su recuerdo es una presencia constante a insistente para los habitantes de Vertiente Baquedano al sur de Chile. Aquel recuerdo obsesivo lleva a Plinio Jáurequi, periodista del Tribuna, a indagar sobre la muerte de Silva esa noche, pero también a la búsqueda de la verdad difusa de una mujer fantasma que hiere las conciencias de todo un pueblo.
La mujer del policía puede ser leída como una novela policial, pero también como un relato donde distintas voces reconstruyen una vida y buscan no solo la razón horrible de un crimen, sino la verdad de una existencia marcada por un destino trágico e ineludible.




La mujer del policía
Sergio Gómez
Alfaguara
2000
199 páginas.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Chinoy, después de Europa, Santiago.

Más de cien días tuvieron que trascurrir para volver a sentir la fuerza interpretativa de Chinoy. Por más que uno quisiera suplir su ausencia musical a punta de mp3, a este flaco hay que verlo obligadamente en vivo, cada presentación es única, y en cada una de ellas nos regala una joyita.

El Clan fue el sitio donde fui a verlo en vivo, y se notaba mucho más reposado, más pausado, con una voz mucho más clara, además hizo subir a la tarima a Kaskivano para interpretar a dúo La indecencia.

La verdad, iba preparado con mi cámara solo para grabar Leandro, canción que estreno en Quilpué, pero no tuve suerte; eso si, nos regalo una joyita, Levito.

Acá les dejo el video de mi canción preferida, de la cual saqué le titulo para este blog.

martes, 8 de septiembre de 2009

Dile que no estoy

La historia muestra a Lautaro Palma en dos tiempos: la infancia remota y la niñez en Calbuco o la adolescencia en Santiago, para luego retornar a la localidad sureña tras la derrota de sus vanos sueños en la capital. Después de la muerte de uriana, su joven madre, Lautaro se instala en la casa de un tío con Miguel, quien de padre tiene muy poco. Dedicado a viajar por todo Chile vendiendo ropa y quizá trabajando en otros asuntos ilícitos, Miguel se desentiende de su hijo. Demás está decirlo, Costamagna sugiere en forma leve, entrega hilos de un doloroso vínculo y es el lector, en definitiva, el que emitirá un veredicto, ambiguo o definitivo, sobre el comportamiento posterior de Lautaro, pues Dile que no estoy, además de ser el nombre del libro, se transforma en la respuesta a los cientos de llamadas telefónicas del progenitor a su único vastago, cuando el primero está enfermo y sin recursos y el segundo se halla a más de mil kilómetros de distancia, con el propósito manifiesto de romper todo lazo con Miguel.

Dile que no estoy
Alejandra Costamagna
??? Págs
1era Ed. 2007
Editorial Planeta

En voz baja

En voz baja corresponde a la primera novela de Alejandra Costamagna, la cual narra la difícil historia de Amanda, una adolescente chilena hija un preso político y posteriormente exiliado.

En voz baja
Alejandra Costamagna
167 Págs
1era Ed. 1996
LOM Ediciones

Puedes leerlo acá

Vida de perras

Se podría decir que Vida de Perras es un libro de cuentos ya que la mayoría de los relatos, no todos, tienen la marca de este género literario. Teresa Calderón nos entrega una obra de carácter intimista que intenta mostrar a la mujer y sus alegrías, sus penas, sus problemas, sus virtudes. Con relatos dinámicos que no sobrepasan las diez páginas por lo general, Vida de Perras es de una entretenida y fácil lectura en la que no falta el humor y la nostalgia. Esta reconocida autora, ganadora de varios premios y con varias publicaciones a su haber (Causas Perdidas, Género Femenino, Imágenes Rotas, entre otros) sigue en su línea claramente feminista, poniendo a la mujer, con todo lo que esta inmensa palabra abarca, como protagonista de sus relatos y del libro en general.

Vida de perras
Teresa Calderón
199 Págs
1era Ed. 2000
Alfaguara

La vida privada de los árboles



Alejandro Zambra nos presenta La vida privada de los árboles, directa, atrevida y vertiginosa, cuenta la historia de una sola noche: un hombre llamado Julián acuesta a su hijastra (Daniela) a la espera de que vuelva su mujer (Verónica). Conforme ella se retrasa él visita todas las estaciones del infierno y reconstruye ciertos momentos clave de su vida hasta que se queda dormido pensando en el día en que la niña, ya adulta, lea –precisamente– Bonsái. Su sueño empata con el de la hijastra antes de que el relato, casi inexplicablemente trepidante, se desenlace en una conclusión en la que todo es tácito y terrible.

"Mientras el padre y los niños juegan al Metrópolis, la madre rasguea, con trabajosa exactitud, una canción de Violeta Parra. Mi madre, piensa Julián, cantaba canciones de izquierda como si fueran canciones de derecha. Mi madre cantaba canciones que no le correspondía cantar. Se echaba en el sillón, por la noche, para entretenerse, para soñar con un dolor verdadero. Mi madre era un dispositivo que convertía las canciones de izquierda en canciones de derecha. Mi madre cantaba, a cara descubierta, las mismas canciones con que otras mujeres, vestidas de negro, velaban a sus muertos".

La vida privada de los árboles
Alejandro Zambra
117 Hojas
1era Edición 2007
Anagrama