La chica del piano
Incluso ahora, ahora mismo, en el Tokio moderno,
al igual que en los libros con ilustraciones de la antigua
Edo, se dice que él -el cazador de pájaros- todavía es-
tá ahí: los accesorios color cobre dentro de su gastada
bolsa de gamuza, la pipa colgando del sugetador de ága-
ta en los cordones de la bolsa, y el estuche anticuado lle-
no de tabaco dulce de Kobuku, mezclado con algunas
ramitas verdes para mantenerlo fresco, todo el conjun-
to colgando de la cintura, y sus calzones blancos, sus po-
lainas negras, los mitones de color blanco, y un quimo-
no azul liso levantado a la altura de la cintura. El hombre
que me contó esto es un inspector de la policía, alguien
poco dado a las reminiscencias inútiles.
La pandilla de Asakusa
(Asakusa kerenaidan)
Yasunari Kawabata
298 páginas
1era. Edición 1930
emecé linga franca
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