miércoles, 31 de octubre de 2012

Los amigos que perdí



Querida Melanie:

Ayer, después de tanto tiempo sin hablarnos, te llamé
a tu casa en Nueva York. Estaba nervioso. No sabía bien
que decirte. Pensé: ojalá me conteste la máquina. Así fue.
Escuché tu voz, tu perfecto inglés: Hi, this is 464-2151, if
you want to leave a message either for Melanie or Eric, please
speak after the tone. No sé si me alegró saber que sigues
con Eric. Supongo que sí. A pesar de que no lo conozco,
le tengo simpatía. En realidad, lo vi una vez, hace años, en
Austin, una mañana en que tú y yo caminábamos felices y
un chico más bien bajito, de pelo negro, te pasó la voz y
te saludó desde lejos, con una cierta (encantadora) timi-
dez, como respectando nuestra complicidad, y tú le son-
reiste y le dijiste algo de paso y creo que quedaron en ver-
se pronto. Tú estabas desilusionada de un pintor muy 
guapo, profesor de la universidad, que prometió llamarte
y no cumplió. Ya te habías desencantado de Brian. Estabas
sola. Necesitabas un hombre, la ilusión del amor. No sos-
peché siquiera vagamente que ese chico tímido, cuyo ros-
tro no alcanzo a recordar, se convertiría en tu hombre. Es
bueno saber que siguen juntos. Por la manera suave y dis-
tante como te saludó, me quedé con un bonito recuerdo
de Eric.

Querida Melanie
Mi querido Sebastían
Querido Daniel
Recordando Manuel
Ilustre doctor Guerra

Los amigos que perdí
Jaime Bayly
353 páginas
Primera Edición, Julio 2000
Anagrama

No hay comentarios: