
Cada día, Momo juega con sus amigos, cada día inventan nuevos juegos, cada día, es distinto. Y lo mejor de todo es que no se aburren. Y en caso de que pueda existir una sola gota de aburrimiento, Gigi – uno de los dos mejores amigos de Momo – se inventa una de sus fantásticas historias. Como Gigi nunca repite una de sus historias, siempre crea un gran revuelo y es escuchado atentamente por todos los oyentes.
Todo iba bien en la vida de Momo y sus amigos, hasta que desafortunadamente, aparecieron los hombres grises. Estos extraños personajes, iban vestidos con un traje gris, un bombín gris y en su boca siempre había un cigarro gris. Los hombres grises iban por la calle sin llamar la atención, buscando sus víctimas. Su objetivo era robar el tiempo a todas las personas que pudieran, almacenando ese tiempo para ellos. Los hombres afectados por el plan de los hombres grises, querían gastar el menor tiempo posible y ahorrar el mayor tiempo. Cuanto más tiempo ahorraban, más tiempo necesitaban para seguir ahorrando, de manera que se crea un círculo vicioso.
"En los viejos, viejos tiempos, cuando los hombres
hablaban todavía muchas otras lenguas, ya había en los
países ciudades grandes y suntuosas. Se alzaban allí los
palacios de reyes y emperadores, había en ellas calles
anchas, callejas estrechas y callejuelas intrincadas, magní-
ficos templos con estatuas de oro y mármol dedicadas a
los dioses: había mercados multicolores, donde se ofrecían
mercaderías de todos los países, y plazas amplias, donde
la gente se reunía para comentar las novedades y hacer
o escuchar discursos. Sobre todo, había allí grandes
teatros. Tenían el aspecto de nuestros circos actuales, sólo
que estaban hechos totalmente de sillares de piedra. Las
filas de asientos para los espectadores estaban escalonadas
como en un gran embudo. Vistos desde arriba, algunos
de estos edificios eran totalmente redondos, otros más
avalados y algunos hacían un ancho semicírculo. Se les
llamaba anfiteatros."
Momo
Michael Ende
255 Páginas
1era Edición Octubre 1992
Alfaguara
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