sábado, 22 de enero de 2011

Todos los nombres


Encima del marco de la puerta hay una chapa metálica larga y estrecha
revestida de esmalte. Sobre un fondo blanco, las letras negras dicen
Conservaduría General del Registro Civil. El esmalte está agrietado y
desportillado en algunos puntos. La puerta es antigua, la última capa de
pintura marrón está descascarillada, las venas de la madera, a la vista,
recuerdan una piel estriada. Hay cinco ventanas en la fachada. Apenas se
cruza el umbral, se siente el olor del papel viejo. Es cierto que no pasa ni un
día sin que entren en la Conservaduría nuevos papeles, de individuos de sexo
masculino y de sexo femenino que van naciendo allá fuera, pero el olor nunca
llega a cambiar, en primer lugar porque el destino de todo papel nuevo, así que
sale de la fábrica, es comenzar a envejecer, en segundo lugar porque, más
habitualmente en el papel viejo, aunque muchas veces también en el papel
nuevo, no pasa un día sin que se escriban causas de fallecimientos y
respectivos lugares y fechas, cada uno contribuyendo con sus olores propios,
no siempre ofensivos para las mucosas olfativas, como lo demuestran ciertos
efluvios aromáticos que de vez en cuando, sutilmente, atraviesan la atmósfera
de la Conservaduría General y que las narices más finas identifican como un
perfume compuesto de mitad rosa y mitad crisantemo.

Todos los nombres
José Saramago
327 Páginas
Primera Edición, Octubre 1997
Alfaguara

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