
"Llamadme Ismael..., llamadme Ismael...", re-
petí varias veces mientras esperaba en el aeropuer-
to de Hamburgo y sentía que la una fuerza extraña
otorgaba cada vez mayor peso al delgado cuader-
nillo del pasaje, peso que aumentaba conforme se
acercaba la hora de salida.
Había atravesado el primer control y me pa-
seaba por la sala de embarque aferrado al bolso de
mano. No llevaba demasiadas cosas en él: una
cámara fotográfica, una libreta de apuntes y un
libro de Bruce Chatwin, En la Patagonia. Siempre
he aborrecido a los que hacen rayas o anotaciones
en los libros, pero aquél estaba lleno de subrayados
y signos de exclamación que fueron en aumento
luego de tres lecturas. Y pensaba leerlo por cuarta
vez durante el vuelo hasta Santiago de Chile."
Un adolescente, enardecido por la lectura de Moby Dick, aprovecha las vacaciones de verano para embarcarse, en los confines australes de América, allí donde se termina el mundo, en un ballenero que por primera vez le llevará por esos mares donde todavía navegan legendarios héroes de verdad y de mentira. Muchos años después, el joven chileno, ya convertido en adulto y residente en el otro extremo del planeta, periodista y miembro activo del movimiento Greenpeace, vuelve inesperadamente a los lejanos parajes de su escapada juvenil por una razón muy distinta, pero tal vez igualmente romántica : barcos piratas están depredando la fauna marítima que habita las gélidas e impolutas aguas del mundo del fin del mundo. Hay que seguir las huellas sanguinarias del feroz capitán Tanifuji, encontrar pruebas, denunciarlo, impedir la barbarie y salvar a Sarita, atrapada en una enmarañada red de oscuros intereses internacionales.
Mundo del fin del mundo
Luis Sepúlveda
152 Páginas
Primera Edición, Marzo 1994
TusQuets Editores
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