
- ¡Ya, socio! ¡Al gol!
La embarrada y deforme pelota de calcetines voló,
describiendo una majestuosa parábola, y rompió en so-
noros fragmentos uno de los vidrios de la sala del 2o. Un
sonido ululante (tradicional en el Instituto cuando se rom-
pen vidrios), salió de las gargantas de todos los alumnos
del patio, mientras el inspector se aproximaba con gesto
severo. Sabiendo de antemano a quién debía dirigirse,
afirmó: Fue Ud., La Sierra, ¿no es cierto?
Cachuín + Porái
José Miguel Varas
204 Páginas
Primera Edición, Octubre 2002
LOM Ediciones
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