
Prehistoria de amor
Diablos... Tener que pensar, ahora, al cabo
de tantos, tantísimos años, que en el fondo fui-
mos mejores por carta. Y que la vida le metió a
nuestra relación más palo que a reo amotinado,
también, claro. Pero algo sumamente valioso y
hermoso sucedió siempre entre nosotros, eso sí.
Y es que si a la realidad se la puede comparar
con un puerto en el que hacen escala paquebotes
de antaño y relucientes cruceros de etiqueta y
traje largo, Fernando María y yo fuimos siempre
pasajeros de primera clase, en cada una de nues-
tras escalas en la realidad del otro. Esto nos unió
desde el primer momento, creo yo. Y también
aquello de no haberle podido hacer daño nunca
a nadie, me imagino.
Hermoso libro. Un historia hilarente y conmovedora.
La amigdalitis de Tarzan
Alfredo Bryce Echenique
332 Páginas
Primera Edición, Junio 2000.
Punto de Lectura