viernes, 30 de noviembre de 2012

El hombre estatua



Cuando faltaba una década para la fabricación de la primera
ampolleta, a solas con su madre y bajo la luz de un candil
alimentado con grasa de ballena, apareció en el planeta don
Marcelino Alonso, bisabuelo de Benito.

A los veinticinco años, convertido en un marino mercante,
Don Marcelino mató al amante de su mujer en la costa de
Villajoyosa. Se tatuó en el brazo derecho las iniciales del muerto
para no olvidarlo jamás y surcó los océanos con rumbo al fin
del mundo, buscando nacer de nuevo. Tres meses más tarde
navegaba por la pampa sin saber cómo ganarse la vida, hasta
que por fin reclinó la cabeza junto a una mujer aymará y pudo
sentirse parte de esta nueva tierra. El desierto le curtió la piel y
se le metió hasta el corazón oculto en la camanchaca...

El hombre estatua
Jaime Casas
160 páginas
Segunda Edición, 2010
LOM Ediciones

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