viernes, 30 de noviembre de 2012

Y tú no me respondes



El lamentable estado espiritual que azotaba la paz
de mis nervios en esos momentos, se acentuó grave-
mente cuando me abandonó María, al parecer para
siempre, después de un calamitoso viaje al D.F. que
tuve que emprender solo como perro enfermo.

A mi antepasado Gaspar de la Encina, su esposa,
María Leonor (¡también María!), no lo abandonó, ya
que fue él mismo quien deseó enrolarse al servicio
del Emperador Carlos V para lanzar sus pasos en busca
de los regalos que pudieran ofrecer las nuevas tierras
pródigas en riquezas que pocos años antes descu-
briera Cristóbal Colón. Amores van, amores vienen.

Y tú no me respondes
Poli Délano
107 páginas
Segunda Edición, Agosto de 2010
Mondadori

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