
"Eran jóvenes, instruidos y vírgenes aquella no-
che, la de su boda, y vivían en un tiempo en que la
conversación sobre las dificultades sexuales era clara-
mente imposible. Pero nunca fue fácil. Acababan de
sentarse a cenar en una sala diminuta en el primer
piso de una posada georgiana. En la habitación con-
tigua, visible a través de la puerta abierta, había una
cama de cuatro columnas, bastante estrecha, cuyo
cobertor era de un blanco inmaculado y de una ter-
sura asombrosa, como alisado por una mano no hu-
mana. Edward no mencionó que nunca había esta-
do en un hotel, mientras que Florence, después de
muchos viajes de niña con su padre, era ya una ve-
terana. Superficialmente estaban muy animados. Su
boda, en St. Mary, Oxford, había salido bien; la ce-
remonia fue decorosa, de recepción alegre, estentó-
rea y reconfortante la despedida de los amigos del
colegio y de la facultad..."
Chesil Beach
Ian McEwan
187 Páginas
1era Edición Febrero 2008
Editorial Anagrama
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