viernes, 30 de noviembre de 2012

El hombre blando



Hace nueve meses me enteré por el diario que maté a mi
mujer y a mis cuatro hijos. No había duda de que el 
asesino había sido yo, pues mi fotografía aparecía junto al
hecho de sangre. Según el periodista, el motivo fue los celos
y el arma homicida, un cuchillo inoxidable marca Stessi, con
mango de madera, de fabricación danesa.

Mi primera reacción al leer el diario fue reírme. Resultaba
insólito que alguien gastara miles de pesos en mandar a 
imprimir una noticia en la crónica roja con el único objetivo
de jugarme una broma.

El hombre blando
Gregory Cohen
152 páginas
Primera Edición, 2000
Desatanudos

La resistencia


Hay días en que me levanto con una espe-
ranza demencial, momentos en los que siento
que las posibilidades de una vida más humana
están al alcance de nuestras manos. Éste de uno
de esos días.

Y, entonces, me he puesto a escribir casi a
tientas en la madrugada, con urgencia, como
quien saliera a la calle a pedir ayuda ante la ame-
naza de un incendio, o como un barco que, a
punto de desaparecer, hiciera una última y fer-
viente seña a un puerto que sabe cercano pero
ensordecido por le ruido de la ciudad y por la
cantidad de letreros que le enturbian la mirada.

Lo pequeño y lo grande
Los antiguos valores
Entre el bien y el mal
Los valores de la comunidad
La decisión y la muerte
La resistencia

La resistencia
Ernesto Sabato
152 páginas
Primera Edición, 2000
Seix Barral

El fotógrafo y otros cuentos


Cumplirá en dos meses, a mediados de junio, setenta años. Se tra-
ta del fotógrafo Camilo Necochea; el segundo chileno, después de
Sergio Larraín, con membresía en la célebre agencia Magnum.

Cuando se inició como fotógrafo había apostado con toda se-
guridad a perdedor y en esa apuesta había perdido; su padre, don
Ramiro -que había habitado, según él, ese tiempo en que los de de-
recha no eran de centro-derecha, sino de derecha y ricos; la misma
época en que, también según él, los de izquierda no eran de centro-
izquierda, sino de izquierda y pobres-, había apostado a ganador
y resultado perdedor. Sin embargo a Camilo Necochea le gustaba
afirmar que don Ramiro, quien seguramente en paz descansa, había
en realidad apostado a perdedor -era su padre- y que en esa apuesta
había resultado ganador.

El fotógrafo
El hombre sin rostro
Sagitario
Foto de curso
La pierna
El pozo
De la república de las letras
Sangre muerta
El águila de dos cabezas
Tienda de mascotas
Los bebés voladores

El fotógrafo y otros cuentos
Varios autores
124 páginas
Segunda Edición, 2009
Ediciones UDP

La región inmóvil


Se llamaban Pierre Hunter y Rebeca Lee, tenían diecisiete
años y él había ido a visitarla al hospital porque la chica
había cogido una neumonía en la carrera que había dis-
putado durante el lluvioso fin de semana.

Estaba tumbada, sujetando con sus manos pálidas y
esbeltas los barrotes de la cama, y le dijo que si la habi-
tación no estaba totalmente a oscuras no podía dormir.

La región inmóvil
Tom Drury
203 páginas
Segunda Edición, 2009
451 Editores

Y tú no me respondes



El lamentable estado espiritual que azotaba la paz
de mis nervios en esos momentos, se acentuó grave-
mente cuando me abandonó María, al parecer para
siempre, después de un calamitoso viaje al D.F. que
tuve que emprender solo como perro enfermo.

A mi antepasado Gaspar de la Encina, su esposa,
María Leonor (¡también María!), no lo abandonó, ya
que fue él mismo quien deseó enrolarse al servicio
del Emperador Carlos V para lanzar sus pasos en busca
de los regalos que pudieran ofrecer las nuevas tierras
pródigas en riquezas que pocos años antes descu-
briera Cristóbal Colón. Amores van, amores vienen.

Y tú no me respondes
Poli Délano
107 páginas
Segunda Edición, Agosto de 2010
Mondadori

El hombre estatua



Cuando faltaba una década para la fabricación de la primera
ampolleta, a solas con su madre y bajo la luz de un candil
alimentado con grasa de ballena, apareció en el planeta don
Marcelino Alonso, bisabuelo de Benito.

A los veinticinco años, convertido en un marino mercante,
Don Marcelino mató al amante de su mujer en la costa de
Villajoyosa. Se tatuó en el brazo derecho las iniciales del muerto
para no olvidarlo jamás y surcó los océanos con rumbo al fin
del mundo, buscando nacer de nuevo. Tres meses más tarde
navegaba por la pampa sin saber cómo ganarse la vida, hasta
que por fin reclinó la cabeza junto a una mujer aymará y pudo
sentirse parte de esta nueva tierra. El desierto le curtió la piel y
se le metió hasta el corazón oculto en la camanchaca...

El hombre estatua
Jaime Casas
160 páginas
Segunda Edición, 2010
LOM Ediciones

miércoles, 31 de octubre de 2012

RARO



El 22 de mayo del 1993, el presidente de Patricio Aylwin ini-
ció una gira por el norte de Europa. Comenzó por Suecia,
continuó en Finlandia y, el 28 del mismo mes, terminó en
Copenhage. En la mañana de ese día dio un discurso fren-
te al Parlamento, en el que agradeció al pueblo y al Gobier-
no danés la cooperación con las fuerzas opositoras a la dic-
tadura de Augusto Pinochet: "La democracia exige tiempo
y acuerdos. Pero ese inconveniente se supera con creces por
el imperio de la libertad y el respeto de los derechos de las 
personas", dijo Aylwin.


RARO
Óscar Contardo
404 páginas
Segunda Edición, Marzo 2012
Planeta

Porotos granados



PERLA
Alejandra Costamagna

Sales del supermercado con la bolsa colgando de tu mano
izquierda, te sientas en la cuneta, abres la bolsa, lo sacas,
abres la tapa, llevas la boca al pote, lames la parte café, des-
pués la amarilla, después la rosada, no piensas en cuchari-
tas, jadeas, te tiemblan las manos, sigues lamiendo, llega
Perla a tu cabeza, la recuerdas, tan clarita la cara de Perla
con la botella de vino frente al refrigerador anoche, lleván-
dose el gollete a la boca y llevándote a ti después- a tu
boca seca y chica y miedosa- hasta el centro de su bocaza
y cerrando la puerta del refrigerador, solos y a oscuras, todas
las luces de la ciudad desconectadas o conectadas en alguna
otra órbita, mientras Perla bate si lengua en tu boca y tú
no tienes ni pelos en el pecho y tienes unas ganas inusita-
das de tomar vino, mucho vino, todas las benditas pepas
del planeta, de tragar algo, lo que sea, agua, leche, jugo en
polvo, cualquier cosa que acompañe el sabor crudo de la
boca de esa mujer que sin embargo no te disgusta, te parece
una cosa absorbentem su boca, su boca de boa, ella entera un
imán que atrapa los cuerpos simples de los metales, tú un
metal ahí dentro, te pides, tú por primera vez en la boca de
tu vecina que ahora se aleja del refrigerador...


Porotos granados
Tito Matamala
191 páginas
Primera Edición, Octubre 2008
Catalonia

Los amigos que perdí



Querida Melanie:

Ayer, después de tanto tiempo sin hablarnos, te llamé
a tu casa en Nueva York. Estaba nervioso. No sabía bien
que decirte. Pensé: ojalá me conteste la máquina. Así fue.
Escuché tu voz, tu perfecto inglés: Hi, this is 464-2151, if
you want to leave a message either for Melanie or Eric, please
speak after the tone. No sé si me alegró saber que sigues
con Eric. Supongo que sí. A pesar de que no lo conozco,
le tengo simpatía. En realidad, lo vi una vez, hace años, en
Austin, una mañana en que tú y yo caminábamos felices y
un chico más bien bajito, de pelo negro, te pasó la voz y
te saludó desde lejos, con una cierta (encantadora) timi-
dez, como respectando nuestra complicidad, y tú le son-
reiste y le dijiste algo de paso y creo que quedaron en ver-
se pronto. Tú estabas desilusionada de un pintor muy 
guapo, profesor de la universidad, que prometió llamarte
y no cumplió. Ya te habías desencantado de Brian. Estabas
sola. Necesitabas un hombre, la ilusión del amor. No sos-
peché siquiera vagamente que ese chico tímido, cuyo ros-
tro no alcanzo a recordar, se convertiría en tu hombre. Es
bueno saber que siguen juntos. Por la manera suave y dis-
tante como te saludó, me quedé con un bonito recuerdo
de Eric.

Querida Melanie
Mi querido Sebastían
Querido Daniel
Recordando Manuel
Ilustre doctor Guerra

Los amigos que perdí
Jaime Bayly
353 páginas
Primera Edición, Julio 2000
Anagrama

La mujer del café virtual



Una situación tan indigna

Shanel tiene ganas de un cambio. Es ven-
dedora en una tienda virtual. Pasa el día
entero frente a una cámara, visitando
clientes, cada vez más intratables y cica-
teros. Envejece, recluída en las rutinas de siem-
pre, sin haberse enamorado (aunque no por fal-
ta de candidatos). Molesta consigo misma y con
esa vida que se le ha vuelto insípida, ingresa una
tarde a un sitio de apuestas en internet. Increí-
blemente, acierta en una lotería asiática y gana
un premio exorbitante, tanto que le resulta im-
posible cuantificarlo. Vuelve a su casa de soltera
con la sensación de caminar sobre nubes y tener
el corazón hinchado. Y ahora...¿qué haremos
con todo ese dinero, querida Shanel? Habla
sola, como es su costumbre en los últimos años,
mientras va de un lado a otro de su celda, dando
saltitos, batiendo las manos y riendo.

Una situación tan indigna
Agualuna
Espuma volátil
La casa-isla de Yonluis
Paseo a la playa
Vida de masas
Clones
Híbrido
Razones de menor importancia
De Catálogo
Zapallar, verano de 2070
Renacer
La mujer del café virtual

La mujer del café virtual
Alicia Fenieux
116 páginas
Primera Edición, Agosto 2010
Editorial Forja

martes, 16 de octubre de 2012

La noche es virgen



I
a mariano lo vi por primera vez en el cielo. era un 
jueves en la noche. yo estaba con jimmy. me encantaba
salir con él. era tan guapo, tan dulce. solíamos fumar
harta marihuana juntos. fumábamos dando vueltas en
su carro por miraflores y san isidro. jimmy tenía un
VM blanco con un pique maldito. siempre ponía músi-
ca excelente: sting, peter gabriel, winwood, paul si-
mon. era riquísimo escuchar esa música a todo volu-
men, mirar el perfil risueño de jimmy, ver pasar las
calles de lima. volábamos. nos escapábamos un rato
de la mierda de lima.

Gabriel Barrios es una estrella de la televisión, famoso gracias a su programa de entrevistas. Sin embargo, no es un hombre feliz por varias razones: primero, porque no ha reconocido públicamente su homosexualidad, y esto a pesar de que muchísimas personas ya intuyen que dentro de él habita una “loca brava”; segundo, porque Lima con tanto brownie, moda de imitación y gente que lo señala, le fastidia y; tercero, porque no tiene a su lado una pareja estable, sino simples relaciones ocasionales.

Así pues, la vida de Gabriel transcurre en medio del inconformismo y la búsqueda de placer. Sólo un par de cosas despiertan su ánimo: el sexo y las drogas. En efecto, Gabriel fuma marihuana desde hace mucho tiempo y también consume coca, aunque no con la misma frecuencia; es su fórmula para olvidarse de la rutina del trabajo, y profundizar el goce de sus relaciones con hombres o mujeres –ya que, si bien es homosexual, no desaprovecha la oportunidad, cada que la tiene, para disfrutar de un buen momento al lado de una chica “potoncita” y caliente-.

Un jueves cualquiera, después del programa, Gabriel va junto a su amigo Jimmy al Cielo, el bar en donde se dan cita los pitucos de Lima, y a donde él suele ir también cada que tiene tiempo. Esa noche toca la banda de Mariano, un joven roquero que lo atrae por su aspecto de “flaco/fumón/farandulero” y, como le suele suceder en estos casos, máxime cuando hay correspondencia, Gabriel empieza a imaginarse en la cama con Mariano, experimentando toda clase de fugas carnales y lascivas.

Nuestro personaje quedará prendado de Mariano: irá a su casa al día siguiente y conocerá a su madre y hermana, quienes se mostrarán sorprendidas de que alguien tan famoso las visite; pero mientras Nathalie –la hermana- intima rápidamente con Gabriel, puesto que es una “chiquilla chupapinga y fumonaza”, la madre de Mariano revela su inconformismo percatándose de que el presentador es igual de coquero que su hijo.

De este modo, los encuentros de la pareja serán siempre fortuitos; unas veces en la calle o en un bar, otras en el departamento que recién ha comprado Gabriel con los dolaruchos del programa. El sexo se convierte en su principal vínculo, su punto de contacto. Sostendrán una relación complicada porque Mariano es un adicto tremendo a la cocaína y vive muy metido en los asuntos de su banda, mientras que Gabriel desea encontrar algo de estabilidad para olvidarse del hastío que le produce la gente y la vida en su ciudad.

Habrá tiempo para todo: para hablar de la rigidez en el hogar de Gabrielito; de tronchos, líneas blancas y ojos inflamados; de sueños eróticos con jóvenes musculosos; del bar Haití o la calle de las pizzas, en donde todo transcurre con su cotidiano hastío y; en fin, de lo que significa fingir frente a una cámara de televisión que se es normal, cuando lo único que en realidad uno desea es salir corriendo para encontrarse con alguien con quien pasar la noche, en una cama bien calientita, y pujar, suspirar y demorarse.

Mientras espera una nueva cita con Mariano, Gabriel nos va llevando por una Lima drogadicta, aburrida y sexual. Se detendrá un momento para manifestar su odio a los negros y los cholos, a la gente que compra su ropa en las “putiques” de Larco y no en Miami, como él; para criticar a todos esos que murmuran a su paso: “¡ahí va ese putazo de mierda”, sin poder darles la razón, aun cuando él mismo se siente una “superjulieta”, “un gay bien rosquete”.

En fin, esperando a que Gabriel se reencuentre con Mariano se nos pasa la novela, pero no las sorpresas, porque saldremos a comprar un poco de polvazo en el viejo volvo familiar; pagaremos al novio de Nathalie para que se la “coma” delante nuestro; tomaremos más coca-colita y seguiremos deseando viajar pronto a Miami. Pero cuando, después de todo, reaparezca Mariano, no lo hará solo, sino con su novia, y entonces veremos a Gabriel destrozado, porque la chica “le va quitar al hombre que da sentido a su vida”. Un taxi al malecón, mientras se piensa “no puedo seguir siendo gay y coquero en Lima, me estoy matando”... y, en últimas, esperar a ver qué pasa.

La noche es virgen
Jaime Bayly
190 páginas
Primera Edición, Diciembre 1997
Anagrama

Fue ayer y no me acuerdo



LAS PRIMERAS LÍNEAS (DE COCA)

La primera vez que aspiré  cocaína fue en casa de los pa-
dres de Matías. Era un 31 de diciembre. Matías me había in-
vitado a una fiesta de año nuevo.

Yo había conocido a Matías en la universidad. Lo consi-
deraba mi mejor amigo. Él tenía 21 años. Yo, 20.
Matías era muy atractivo:más bien bajo, pelo negro, mi-
rada cínica y un cuerpo de chico que va al gimnasio.
Yo no sabía que me gustaba. Sólo sabía que me gustaba
estar con él.
Nos encontrábamos todas las mañanas en la universi-
dad. Rara vez entrábamos a clases. Vagábamos.
Matías vivía con sus padres en una bonita casa de La
Planicie. Su papá, sin ser millonario, vivía cómodamente. Su
mamá se la pasaba en la cama. Estaba enferma. A duras pe-
nas podía caminar.

Fue ayer y no me acuerdo es una novela donde Gabriel el personaje principal relata parte de su agitada vida en una especie de itinerario en el que cuenta las peripecias que tiene que pasar para seguir adelante y aceptarse a si mismo. Gabriel tiene un gran problema con su sexualidad. No sabe si es homosexual o bisexual. Para huir de sus problemas cae en las drogas, las cuales puede conseguir de una manera muy  fácil en la ciudad en la que vive.  Estas y muchas cosas más hacen que Gabriel se vaya hundiendo poco a poco. Lo único que lo mantiene a flote es la esperanza de encontrar alguien que lo ame y lo acepte tal cual es. La novela es muy interesante y el autor relata las situaciones de una forma tan real y tan simple a la vez que es como si uno estuviera manteniendo una conversación frente a frente con  los personajes que intervienen en el libro.

Fue ayer y no me acuerdo
Jaime Bayly
350 páginas
Primera Edición, Diciembre 1995
Seix Barral

El clandestino de la casa roja



I. EN LA CALLE

La nube de polvo me encegueció, inmóvil en el aire, densa y obscura.
Pensé en mi vida, en los tres últimos años negros. Un destartalado
microbús frenó violentamente y levantó un tierral que no permitía
ver a un metro de distancia. Quedé con la garganta seca y los ojos
llorosos. La tierra volvió lentamente a su lugar. A la luz de un pá-
lido sol de otoño descubró con asombro algo que no se ve todos los
días, menos en estos tiempos. No era un espejismo. Un ramillete de
decididas mujeres chilenas, de esas que piden y dan guerra. Patitas
cortas y largas, distintos tamaños y apetitosas ancas. Mujeres con
experiencia, espaldas fuertes y diferentes edades y pesos; podría jurar
que buenas para el catre, aunque suene vulgar. Eliminado. Intuyo
que viven en otra dimensión por su desanfado y alegría. Cruzan la
calle secreteándose y gesticulando. Pareciera que se contaran chistes
de doble sentido, picantes. Ríen y bromean: No te puedo creer, tan
grande lo tenía, aunque chico también sirve. Ja ja ja.


Estar clandestino y descolgado de sus contactos políticos en el Chile de la dictadura, conduce al personaje de esta novela por caminos insospechados. Vuelve al barrio de su infancia y busca refugio en la casa roja, un prostíbulo antiguo y elegante, símbolo de un mundo prohibido y placentero, donde experimentará una profunda transformación personal. en esta mística casa encuentra el amparo a una huida constante; no tan solo la de sus captores, sino la de sus propios fantasmas personales y sobre todo, la de una enmarañada e inquietante sexualidad. Esta es la azarosa historia de un hombre al cual la clandestinidad y el miedo lo van encaminando hacia su verdadera esencia: ni héroe ni traidor, solo un ser desnudo - como tantos - y que, ahora, enfrentado al poder de la represión, se descubre en otra dimension personal no menos heroica: saber finalmente quién es y asumirlo.

El clandestino de la casa roja
Ángel Parra
158 páginas
Primera Edición, Octubre 2008
Catalonia

domingo, 30 de septiembre de 2012

La noche de los muertos vivientes



Lo siento, no me dio
para ser Truman Capote

GUSTAVE FLAUBERT

No era francés, no tenía aspecto de francés, y sin em-
bargo ninguno de nosotros dudó un instante de su con-
dición de francés. Se llamaba Orélie Antonie L'Oignon
Apud, y había llegado en marzo a la universidad con
una enorme mochila de alpinista y un acento tan car-
gado de erres y gés arrastradas, tan melodioso y fragante
a baguetes y Edith Piaf, que más tarde consideramos
inconcebible que ni siquiera hablara francés. Apenas un 
día después ya se había incorporado a las clases regu-
lares de tercer año, y también al equipo de fútbol de la
escuela como un valioso centro delantero, puesto que -
nos explicó- ocupaba en las divisiones inferiores de un 
equipo de la segunda división de Francia de entonces, el
Paris Saint Germain. No podríamos haber soñado una
mejor galleta para el cuadro deportivo.

Otros relatos son:

Lo siento, no me dio para ser Truman Capote
Retrato hablado de un príncipe gitano
El joven cineasta penquista
La ciencia estadística es implacable: la televisión envenera el alma
El caso paradigmático de la novela de Carlos Cardoen, o los muchos mundos implicados en la confusión de la verdad y la ficción en la narrativa hispanoamericana
Fulgor y muerte de una diario de provincia
La noche de los muertes vivientes: cómo sobreviví al terremoto de 8.8 R y a los 33 días posteriores


La noche de los muerto vivientes
Tito Matamala
214 páginas
Primera Edición, Marzo 2011
Lolita Editores

El año en que murió mi padre



CARTA 1
Leo Fijen
Al comienzo del nuevo año
me sentí completamente insignificante

Querido Padre Alselm:
El nuevo año empezó mal. No puedo olvidar las imáge-
nes de Saddam Hussein, las imágenes justo antes de la
ejecución se la sentencia de muerte. Me causa dolor físi-
co, me molesta extremadamente que en nuestra sociedad
occidental permitiéramos que Saddam fuera condenado a
la horca y colgado. No puedo entender que millones de
personas de todo el mundo fueran testigos de la ejecución
de esa sentencia de muerte. Y me pregunto por qué tan-
tas emisoras de televisión se decidieron a emitir esas imá-
genes horrorosas. ¿Por qué una foto de Saddam Hussein
no alcanzó para mostrar e informar que había sido ejecu-
tada la sentencia de muerte? ¿Y quién  puede aclararme
por qué los poderosos de este mundo demoran días en
pronunciarse en contra de esta pena capital?.

El año en que murió mi padre
Anselm Grun / Leo Fijen
90 páginas
Primera Edición, Marzo 2011
vivencia

El Cumpleaños



Todo el mundo sabe que morirá, lo que desconoce es cómo y cuándo.
Sólo el suicida tiene claro su fin. Esto le da una ventaja sobre los demás
mortales; pero, sobre todo, lo hace sentir superior a determinismos
religiosos, quebranta el designio divino, se burla de los preceptos
celestiales. Por esta razón, la Iglesia le niega el perdón y los últimos
sacramentos. No porque le importe la suerte de un miserable feligrés,
sino por el acto de rebeldía. "Sólo Dios da la vida y la quita", vociferan
los sacerdotes en la cara de los fieles. Pero el suicida no les cree:
considera su decisión un auténtico libre albedrío.

El Cumpleaños
Rolando Rojo
--- páginas
Primera Edición, Noviembre 2010
MAGO Editores

Vida de un loco



El biombo del infierno

El Gran Señor de Horikawa es el señor más
grande que hubo nunca en Japón. Las generaciones
siguientes jamás verán un señor tan grande. Los ru-
mores dicen que antes de su nacimiento, Daitoku-
Myo-O, se apareció a la gran señora, su madre, en
un sueño. Desde el momento de su nacimiento fue
un hombre absolutamente extraordinario. Todo lo
que hacía transcendía las expectativas corrientes. Pa-
ra mencionar sólo unos pocos ejemplos, el esplen-
dor y el audaz diseño de su mansión de Horikawa
exceden con mucho nuestras mediocres concep-
ciones. Algunos dicen que su carácter y conducta
son comparables con los del primer Emperador de
China y el emperador Yang. Pero esta comparación
puede semejarse a la descripción que el ciego hace
del elefante. Porque su intención no era en absolu-
to disfrutar del monopolio de toda la gloria y el lu-
jo. Era un hombre de gran alcurnia que prefería más
bien compartir los placeres con todos los que se ha-
llaban bajo su dominio.


Vida de un loco
Ryunosuke Akutagawa
216 páginas
Primera Edición, Junio 2006
emecé

Nadie es más de aquí que tú



EL PATIO COMÚN

Es algo que aún tiene su importancia, aunque suce-
diese cuando él estaba inconsciente. Tiene una doble
importancia, ya que una mente consciente comete erro-
res con frecuencia, se enamora de la persona equivoca-
da. Pero allá abajo, en el pozo, donde no hay luz, sino
tan sólo un agua milenaria, un hombre no tiene moti-
vos para cometer errores. Dios dice: Hazlo, y lo hace.
Ámala, y la ama. Ese hombre es mi vecino. Es de ascen-
dencia coreana. Se llama Vincent Chang. No practica
hapkido. Cuando se dice "coreano", hay gente que au-
tomáticamente piensa en el maestro surcoreano de hap-
kido de Jackie Chan, el Gran Maestro Kim Pal. Yo
pienso en Vincent.

El patio común
El equipo de natación
Majestad
Un hombre en la escalera
La hermana
Esa persona
Fue un gesto romántico
Algo que no necesita nada
Beso una puerta
El niño de Lam Kien
Haciendo el amor en 2003
Diez verdades
Los movimientos
Mon Plaisir
La marca de nacimiento
El arte de contar historias a los niños


Nadie es más de aquí que tú
Miranda July
224 páginas
Primera Edición, Abril 2009
Seix Barral

jueves, 6 de septiembre de 2012

Diez



CUATRO ANIMALES
El pájaro verde

Así deberíamos llamar este triste relato. Recurriremos a su ori-
gen, si es que hay algo en esta vida que tenga origen.
Pero, ¡en fin!, es el caso que allá por el año de 1847, un
grupo de sabios franceses llegaba en la goleta La Gosse a la des-
embocadura del Amazonas. Iba con el propósito de estudiar la
flora y fauna de aquellas regiones para, a su regreso, presentar
una larga y acabada memoria al Institut des Hautes Sciences
Tropicales de Montpellier.

Su título responde a una ordenación numérico-simbólica, lo que sumado a la particular disposición de las secciones que agrupan los cuentos, nos permite identificar como principio constructivo una matriz de orden numerológico, esto estaría relacionado con el pitagorismo. Atendiendo a la matriz ya señalada, el número diez (10) simboliza la totalidad de universo (tanto metafísico como material).

El título de daría un carácter de unidad al libro porque el número diez también está relacionado con la tétrada, esto es, la suma de los cuatro primeros numerales (1 + 2 + 3 + 4 = 10). Al ordenar los diez cuentos en "Cuatro animales", "Tres mujeres", "Dos sitios" y "Un vicio", su autor podría estar representando una inversión de la tétrada pitagórica que, a su vez, puede representarse como una pirámide invertidad, símbolo del ocultismo.


Diez
Juan Emar
176 páginas
Primera Edición, 1937.
Tajamar Editores

El jugador de trivia



PRIMER ACTO:
Trivium humanitas

1. Prefacio, para plantear el tema, describir las virtudes del personaje
principal y las tribulaciones del acomplejado narrador

Desocupado lector, usted no me va a creer, pero Claudio Solo Conchavello po-
día predecir la lluvia con una precisión pasmosa, lo que es una tremenda hazaña
aquí en la ciudad de la lluvia. Y también, como ese mismo hábito de brujo, era
capaz de saber la hora a cada minuto, sin que jamás le hubiésemos conocido
siquiera un reloj de bolsillo. Con apenas estrechar una mano, un instante, cal-
culaba la temperatura corporal de cualquier gentil que se le acercase a saludarlo,
lo que, en el apogeo de sus victorias, se contaban por miles. Y quienes vivimos
bajo el alero de sus milagros, unos más cerca que otros, le conocimos virtudes
todavía más complejas e inconcebibles, como su facultad para determinar la 
composición química de las cervezas que bebíamos durante las tardes malvas de
noviembre en los garitos viejos de la calle Maipú.

SEGUNDO ACTO:
Trivium omni

TERCER ACTO:
Trivium naturalis

CUARTO ACTO:
Trivium inutilis

Configuración para la modalidad del juego llamada 21 en muerte súbita, muy común en los garitos de San Pedro de la Paz:
1. ¿Cuál es la formula química de la mantequilla de campo?
2. ¿Qué significa en lengua mapuche la palabra Talcahuano?
3. ¿Cómo se resuelve un laberinto bidimensional?
4. ¿Cuál fue la formación titular chilena frente a Brasil en el Mundial de Fútbol de 1962?
5. ¿Cuál es el código de pintura Humbrol para el color celeste cielo de los aviones alemanes durante la Segunda Guerra Mundial?
6. ¿Cuál es la capital de Italia?
7. ¿Cuál es el nombre de todos los capitanes de la flota almirante Nelson en Trafalgar?
8. ¿Cuál es la fórmula para escapar del gravedad terrestre?
9. ¿Cuál es la raiz cuadrada de 169?
10. ¿Con qué palabra termina la novela "El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha?
11. De acuerdo con Aristóteles, ¿qué son las categorías?
12. ¿Qué sentencia se halla escrita en la puerta del infierno?
13. ¿En qué novela contemporánea aparece la frase "He muerto de fiebre en los médanos de Singapur"?
14. ¿Cuál es la inscripción en el escudo de armas de Pedro de Valdivia?
15. ¿Cuál es el factorial del número 13?
16. ¿Cómo se llamaba el caballo de Pancho Vila?
17. ¿Qué tipo de munición usa el fusil de asalto Ak-47, Kalashnikov?
18. ¿Cómo se llama el amigo borracho de Homero Simpson?
19. Mencione diez decimales de la raíz cuadrada de 2.
20. ¿Cuál es la diferencia entre la teoría especial de la relatividad y la teoría general de la relatividad?
21. En la mitología oriental, ¿cuál es el sonido de una sola mano aplaudiendo?

Tres Leyes del Coleccionismo
Primera ley: dos objetos de similares características juntos dan inicio a una colección.
Segunda ley: toda colección es infinita.
Tercera ley: toda colección desaparece con la muerte de su coleccionista.

Leyes universales de la mudanza:
Primera ley: nadie está libre de una mudanza.
Segunda ley: toda mudanza es siempre peor que la anterior.
Tercera ley: la dificultad de una mudanza es inversamente proporcional a la distancia entre el origen y el destino.
Cuarta ley: no existe la última mudanza, es un mito.

Leyes Basso de trivia:
Trivium humanitas: toda expresión humana es un fragmento de trivia.
Trivium omni: todo conocimiento de trivia debe propender a ser más amplio, hasta llegar a ser total.
Trivium naturalis: la habilidad del juego de trivia es un talento natural, no se adquiere estudiando. Corolario: no hay relación directa ni inversa entre la habilidad en el juego de trivia y la inteligencia.
Trivium inutilis: todo conocimiento de trivia es inútil.

El jugador de trivia
Tito Matamala
112 páginas
Primera Edición, Agosto 2009.
Catalonia

Tsugumi



El buzón encantado

Tsugumi era una muchacha desagradable, de eso
no cabe duda.
Yo dejé aquel apacible pueblecito costero que vive
de la pesca y el turismo y me vine a Tokio a estudiar
en la universidad. Aquí no hay día en que no lo pase
bien.
Me llamo Maria Shirakawa. Como la Virgen.
No es que me considere una santa ni nada pareci-
do. Aunque, vete a saber por qué, todas las personas
con las que he trabado amistad desde que llegué aquí
dicen que soy "generosa" o "serena".

Tsugumi
Banana Yoshimoto
190 páginas
Primera Edición, Marzo 2008.
TUSQUETS

1Q84 (Parte 1 y 2)



Primer Libro
Abril - Junio

1
AOMAME
No se deje engañas por las apariencias

La radio del taxi retransmitía un programa de música clásica por FM.
Sonaba la Sinfonietta de Janacek. En medio de un atasco, no se podía de-
cirse que fuera lo más apropiado para escuchar. El taxista no parecía
prestar demasiada atención a la música. Aquel hombre de mediana edad
simplemente observaba con la boca cerrada la interminable fila de co-
ches que se extendía ante él, como un pescador veterano que, erguido
en la proa, lee la aciaga línea de convergencia de las corrientes marinas.
Aomame, bien recostada en el asiento trasero, escuchaba la música con 
los ojos ebntornados.

1Q84 Libros 1 y 2
Haruki Murakami
746 páginas
Primera Edición, Febrero 2011
TUSQUETS

martes, 17 de julio de 2012

Cuentos de Cine



El biógrafo llega a Porvenir
JOSÉ BOHR

Para efectuar alguna forma de propaganda en Puer-
to Porvenir no había que usar de mucho ingenio...Bastaba
que algunos pasaran el dato a otros... y así sucesivamente,
para que se conociera la más sensacional de las noticias:
¡Biógrafo!... Había llegado un equipo ambulante de
"biógrafo", con generador eléctrico y todo. Porque nuestro
querido Puerto Porvenir alumbraba sus noches fueguinas
con lámparas de kerosene y velas, y la calle principal, con
el único farol a gas. ¡También era la calle principal, la calle
mayor! La única importante del puerto...
¡Biógrafo!
¿Qué sería eso?...
- Bueno- me dijo mi padre- cuando salíamos de
Europa se hablaba de ese invento... Dicen que son fotogra-
fías que se mueven. Se ve cómo camina una persona... Cómo
se saludan... Esta noche lo verás... ¡Te vamos a llevar!

El interés de este libro no es el cuento en tanto género literario, sino mostrar las huellas que el cine –fenómeno capital del siglo XX– ha dejado en la literatura chilena: cómo han “contado” nuestros escritores la emoción vivida en su cotejo con la experiencia cinematográfica, cuáles son sus vivencias de espectadores y de qué manera éstas se han reflejado en sus textos. En el volumen se incluyen, por eso, junto a cuentos propiamente tales, simples relatos, fragmentos de novelas y de libros de memorias, poemas y algunas crónicas.

Cuentos de Cine
Jacqueline Mouesca (Compiladora)
168 páginas
1era. Edición, 2003
LOM Ediciones.

martes, 10 de julio de 2012

No leer



LECTURAS OBLIGATORIAS

Aún recuerdo la tarde en que la profesora de castellano se volvió a
la pizarra y escribió palabras prueba,próximo,viernes,Madame,Bovary,
Gustave,Flaubert,francés. Con cada palabra crecía el silencio y al final
solamente se oía el triste chirrido de la tiza. Por entonces ya habíamos
leído novelas largas, casi tan largas como Madame Bovary, pero esta vez
el plazo era imposible: teníamos apenas una semana para enfrentar una
novela de cuatrocientas páginas. Comenzábamos a acostumbrarnos, sin
embargo, a esas sorpresas: acabábamos de entrar al Instituto Nacional,
teníamos doce o trece años, y ya sabíamos que en adelante todos los
libros serían largos.

No leer
Alejandro Zambra
156 páginas
1era. Edición Septiembre 2010
Ediciones Universidad Diego Portales

martes, 3 de julio de 2012

Vaca sagrada



Uno

DUERMO, sueño, miento mucho. Se ha desvanecido
la forma pajaril. Cuál forma se ha desvanecido?
Me acompaña a todas partes un ojo escalofriante
que obstaculiza el ejercicio de mi mano asalariada.
Fui incapaz de penetrar un universo. Soy diestra
sólo en una parte, en la parte de una parte, veo
apenas el agujero genitalizado de una parte. UNa
paga infernal me obliga a pensar en figuras
sesgadas, plagadas de mutilaciones. Sueño, sangro
mucho. Me han expulsado la poderosa forma
pajaril y su amplio despliegue en la ciudad.
Después de tanto esfuerzo he perdido el hilo
razonable de los nombres y se han desbandado
todas mis historias. Sangro, miento mucho. Ca-
lentada apenas por un vaso de vino, ahora, me
pregunto: En qué clase de derrumbe habré de
sobrevivir a la crudeza de este invierno?

Vaca sagrada
Diamela Eltit
192 páginas
1era. Edición 1991
Planeta

martes, 26 de junio de 2012

La serpiente




Nunca pude entender la mímica. Es una lengua que
me está vedada; soy políglota, pero ése es mi límite in-
franqueable. Y es un límite interno a todos los idiomas,
incluida mi lengua natal, el gesto natal, que acompaña
toda palabra como la sombra acompaña al cuerpo un día
de sol. Es fácil imaginar la cantidad de problemas que
me trae. Podría tomarlo como un arte, y disfrutar de las
actuaciones de los mimos como de una suerte de danza
abstracta. Mi concepción del arte, al fin de cuentas, va en
esa dirección: en contra de la comunicación, de lo utiliza-
rio, del efectismo.

El personaje de esta novela, un escritor que se ha enriquecido gracias
a la publicación de libros de autoayuda, llamado César Aira, viaja a
Dinosaur City para terminar su última obra: Cómo salir bien en las fotos.
En su recorrido por la ciudad, y mientras su familia asiste al teatro,
se siente atraído por la prédica de Mae Gonçalva y su secta de culto al
Cristo-serpiente. Se sumerge en un mundo paralelo, en donde el crimen y
la intriga son los códigos de convivencia. El narrador, con un lenguaje
irónico, va describiendo las fisuras de una ciudad laberíntica, oscura y
violenta que se tambalea rodeada de serpientes; así como la vida se enrosca
sobre sí misma creando una perturbación inquietante y una poesía desolada.

La serpiente
César Aira
106 páginas
1era. Edición Julio 1997
LOM Ediciones

Gracia y el forastero


Cómo empezaré?, Qué puedo decir, o explicar, si cuanto anote

en estas páginas estará dirigido a mi mismo? Sin embargo, por eso
estoy acá. Para explicarme y entenderme. Pero no sé cómo empezar.
Cómo iniciar una lucha con la certeza de la derrota.
Según mi padre - él me impuso venir-, lo hermoso en la vida es
la incertidumbre del futuro. Desconocer el mañana, explorar cada
minuto llegando hasta él cual si fuera una nueva comarca. Es triste,
agregaba, la batalla perdida de antemano. O ganada. Porque la duda
lleva implícito el acicate de la aventura. Y sin moverse a tientas puede
producir angustia, siempre es más vital eso que dar cada paso en una
huella prefijada.


Gracia y el forastero
Guillermo Blanco
158 páginas
1era. Edición 1964
ZigZag

La pandilla de Asakusa



La chica del piano

Incluso ahora, ahora mismo, en el Tokio moderno,
al igual que en los libros con ilustraciones de la antigua
Edo, se dice que él -el cazador de pájaros- todavía es-
tá ahí: los accesorios color cobre dentro de su gastada
bolsa de gamuza, la pipa colgando del sugetador de ága-
ta en los cordones de la bolsa, y el estuche anticuado lle-
no de tabaco dulce de Kobuku, mezclado con algunas
ramitas verdes para mantenerlo fresco, todo el conjun-
to colgando de la cintura, y sus calzones blancos, sus po-
lainas negras, los mitones de color blanco, y un quimo-
no azul liso levantado a la altura de la cintura. El hombre
que me contó esto es un inspector de la policía, alguien
poco dado a las reminiscencias inútiles.

La pandilla de Asakusa
(Asakusa kerenaidan)
Yasunari Kawabata
298 páginas
1era. Edición 1930
emecé linga franca

martes, 19 de junio de 2012

Formas de volver a casa



I. Personales secundarios

Una vez me perdí. A los seis o siete años. Venía
distraído y de repente ya no vi a mis padres. Me asusté,
pero enseguida retomé el camino y llegué a casa antes
que ellos –seguían buscándome,desesperados, pero esa
tarde pensé que se habían perdido. Que yo sabía regre-
sar a casa y ellos no.
Tomaste otro camino, decía mi madre, después,
con los ojos todavía llorosos.
Son ustedes los que tomaron otro camino,pensa-
ba yo, pero no lo decía.
mi papá miraba tranquilamente desde el sillón. A
veces creo que siempre estuvo echado ahí,pensando.
pero tal vez no pensaba en nada. Tal vez sólo cerraba
los ojos y recibía el presente con calma o resignación.
Esa noche habló, sin embargo –esto es bueno, me
dijo, superaste la adversidad. Mi madre lo miraba con
recelo pero él seguía hilvanando un confuso discurso
sobre la adversidad.

Formas de volver a casa
Alejandro Zambra
166 páginas
Anagrama

La mano pequeña



A modo de prólogo: Aquí no hay ficción

Hace siete noches maté a un hombre. Lamento haberlo hecho, aun-
que la muerte de ese tipo no me importe en lo absoluto. Alonso,
mi sobrino de ocho años, vió todo y desde ese día no ha vuelto a
hablar. Él junto a Rita, mi hermana melliza, son las personas que
más amo. Si lo pienso, creo, son las únicas personas que amo. Lo
de Karla es distinto, ya tendré tiempo de explicarlo. Rita es sicológa
y está convencida de que el mutismo de su hijo es temporal. Yo
también quisiera pensar lo mismo, pero no puedo.


La mano pequeña
Roberto Fuentes
156 páginas
Uqbar Editores

Los sinsabores del verdadero policía



I. La caída del muro de Berlín

Para Padilla, recordaba Amalfitano, existía literatura
heterosexual, homosexual y bisexual. Las novelas, general-
mente, eran heterosexuales. La poesía, en cambio, era ab-
solutamente homosexual. Dentro el inmenso océano de
ésta distinguía varias corrientes: maricones, maricas, mari-
quitas, locas, bujarrones, mariposas, ninfos y filenos. Las
dos corrientes mayores, sin embargo, eran de los mari-
cones y la de los maricas. Walt Whitman, por ejemplo,
era un poeta maricón. Pablo Neruda, un poeta marica.
William Blake era maricón, sin asomo de duda, y Octavio
Paz marica. Borges era fileno, es decir de improviso podía
ser maricón y de improviso simplemente asexual. Rubén
Darío era una loca, de hecho la reina y el paradigma de las
locas (en nuestra lengua, claro está; en el mundo ancho y
ajeno el paradigma seguía siendo Verlaine el Generoso).

Los sinsabores del verdadero policía
Roberto Bolaño
326 páginas
Primera Edición, 2012
Anagrama

jueves, 7 de junio de 2012

El Tercer Reich



20 de Agosto

Por la ventana entre el rumor del mar mezclado con las
risas de los últimos noctámbulos, un ruido que tal vez sea
el de los camaremos recogiendo las mesas de la terraza, de
vez en cuando un coche que circula con lentitud por el Pa-
seo Marítimo y zumbidos apagados e inidentificables que
provienen de las otras habitaciones del hotel. Ingeborg
duerme; su rostro semeja el de un ángel al que nada turba
el sueño; sobre el velador hay un vaso de leche que no ha
probado y que ahora debe estar caliente, y junto a su almo-
hada, a medias cubierto por la sábana, un libro del inves-
tigador Florian Linden del que apenas ha leído un par de
páginas antes de caer dormida. A mí me sucede todo lo
contrario: el calor y el cansacio me quitan el sueño.Ge-
neralmente duermo bien, entre siete o ocho horas diarias,
aunque muy raras veces me acuesto cansado. Por las maña-
nas me despierto fresco como una lechuga y con una energía
que no decae al cabo de ocho o diez horas de actividad.
Que yo recuerde, así ha sido siempre; es parte de mi natu-
raleza. Nadie me lo ha inculcado, simplemente soy así y 
con esto no quiero sugerir que sea mejor o peor que otros;
la misma Ingeborg, por ejemplo, que los sábados y domin-
gos no se levanta hasta pasado el mediodía y durante la se-
mana sólo una segunda taza de café -y un cigarrillo- con-
siguen despertarla del todo y empujarla hacia el trabajo.
Esta noche, sin embargo, el cansancio y el calor me quitan
el sueño. También, la voluntad de escribir, de consignar los 
acontecimientos del día, me impide meterme en la cama y 
apagar la luz.



El Tercer Reich
Roberto Bolaño
366 Páginas
Primera Edición, Febrero 2010
Anagrama